¡Buenasss!
Ahora que parece que baja un poco el montón de papeles de la mesa, quería haceros un resumen de lo que significó para nosotros la 10ª Concentración Nacional de MX-5 en Cantabria.
Tengo que decir que, posiblemente, ha sido la convocatoria de la que he acabado más cansado pero creo que también puedo afirmar de la que he salido más contento y satisfecho.
Precisamente al cumplir una década, queríamos añadir al fin de semana algo especial, pero sin modificar nuestra costumbre de combinar interesantes rutas por los valles de la provincia con la demostración del proceso de elaboración de algún producto autóctono.
Después de estudiar diversas opciones, decidimos que la mejor manera de celebrar el decenio sería eligiendo un hotel acorde a las circunstancias.
Puedo afirmar que nuestras expectativas quedaron más que cubiertas al conseguir cerrar todo un Palacio cuatro estrellas superior (antaño cinco estrellas) en el precioso valle de Carriedo, sin olvidarnos de la clausura del evento, dando un paseo en barco por la incomparable bahía de Santoña.
Como comentamos previamente, solamente el hospedaje y el valle en el que se encuentra ya merecía la pena pero es que, además, se sumaron las ganas de disfrutar de todos los asistentes (los habituales y los que se estrenaban), el buen tiempo que nos acompañó siempre en todas las visitas programadas y la amabilidad del personal que nos atendió en los diferentes lugares que visitamos, haciendo una concentración inolvidable por múltiples motivos (con lo que, de paso, cumplimos nuestro principal objetivo, que no era otro que intentar acabar el décimo año de la mejor manera posible).
Bueno, que me enrollo, vamos con el resumen:
Eran las 9.30 de la mañana del sábado 22 cuando una veintena de coches partían del espléndido Palacio de Soñanes, en Villacarriedo, hacia el obrador “Casa El Macho”, en la vecina localidad de Selaya, donde nos mostraron el proceso de fabricación de sus productos tradicionales, las famosas Quesadas y Sobaos Pasiegos para, una vez finalizada la visita, obsequiarnos con una degustación.
De allí nos dirigimos a Peña Cabarga, macizo kárstico situado en un alto enfrente de Santander, ya conocido por algunos participantes de años anteriores pues no es la primera vez que lo utilizamos como punto de encuentro, para contemplar unas espectaculares vistas panorámicas de su bahía y entorno.
Aquí me gustaría señalar el estado magnífico de los coches (potenciados y sin potenciar) que pudimos disfrutar mientras esperábamos al resto de asistentes.
Destacar también la presencia de muchísimos participantes nuevos (sobre la docena de coches, casi la tercera parte de la concentración), gente genial con la que esperamos repetir en futuras ocasiones.
Una vez ya agrupados y realizadas numerosas fotos (a lo que ayudó, sin duda, una espléndida mañana soleada), enfilamos a la cercana población de Hoznayo, donde realizamos una comida típica montañesa en el restaurante Adelma, mientras los coches descansaban en un aparcamiento especialmente reservado para nosotros. Aquí fue donde se juntaron la mayor cantidad de coches de todo el fin de semana (34) aunque el número definitivo de participantes fue de 38 pues hubo gente que no pudo participar el fin de semana completo con nosotros, pues tenían otros quehaceres que realizar.
Después de la comida y posterior sobremesa, nos dirigimos a La Cavada, capital del municipio de Riotuerto, a disfrutar de un museo único en el mundo, el de la Real Fábrica de Artillería, donde Ángel Cuadrado, alcalde del municipio, nos explicó muy amablemente el ir y devenir de la fábrica y su importancia a nivel mundial en aquellos tiempos. Baste decir que, a lo largo de los siglos XVII y XVIII, todas las fortificaciones de los puertos en los que España tenía colonias recibieron cañones fabricados en los altos hornos de La Cavada, muchos de los cuales aún se conservan y exponen en la actualidad.
Una vez terminamos de visitar el museo y realizadas las fotos de rigor, recibimos la sorpresa de la visita de John y Ann, en la etapa final de su viaje desde Inglaterra.
Realizamos una ruta por la que atravesamos los Valles Pasiegos de arriba a abajo, finalizando en Vega de Pas para visitar el Museo etnográfico de las Tres Villas Pasiegas, en el que se reflejan las costumbres del valle, especialmente de sus tres villas de referencia, Vega de Pas, San Roque de Riomiera y San Pedro del Romeral. El museo es una réplica exacta de una típica cabaña pasiega.
Para finalizar la jornada pusimos rumbo al hotel, dónde dimos cumplida cuenta de una estupenda cena y se hizo entrega de la habitual bolsa con productos autóctonos, donados por varias empresas de la región.
Seguidamente, tocaba el turno de los tradicionales premios “Miata de Oro”, al propietario del coche que ha venido de más lejos (obviamente, fue a parar a nuestros nuevos amigos John y Ann) y al que ha tenido más problemas en acudir (después de varios años intentándolo arduamente, se llevó el premio Adrián, ya dice el refrán que el que la sigue la consigue

).
Como novedad este año, también hubo un par de trofeos extra para el organizador, que desde aquí quiere mostrar su agradecimiento a los “culpables” de la iniciativa.
Al día siguiente, por la mañana, visitamos la villa marinera de Santoña, dejamos los coches aparcados en una plaza en el centro del pueblo y, mientras eran vigilados por la autoridad competente, aprovechamos para picotear algo por los bares y tabernas de la zona, populares por sus raciones de picoteo de todo tipo, entre las que sobresale su plato estrella, las afamadas rabas de calamar.
De allí nos dirigimos a una de las cuatro únicas Plazas de Toros que existen en la provincia, para dejar los coches protegidos dentro de la misma mientras clausurábamos la concentración dando un paseo en barco por la bahía y alrededores del monte Buciero, al pie del cual se sitúa la localidad, disfrutando de las vistas que posee esta villa también desde el mar y poniendo el colofón a la concentración de este año.
Desde la organización queremos volver a dar las gracias un año más a nuestros patrocinadores, Conservas Hoya y Red Parayas GP, así como a todas las empresas de la región que colaboran y que, año tras año, nos agasajan desinteresadamente con obsequios para los integrantes de la convocatoria. También al personal del Palacio de Soñanes, al del obrador Casa El Macho, al de la cámara oscura de Peña Cabarga, al del Museo de La Cavada, al del Museo Etnográfico de las Villas Pasiegas, al del Excmo. Ayuntamiento de Santoña y, muy especialmente, a Ángel Cuadrado, alcalde de Riotuerto, por compartir su tiempo con nosotros y su detalle en la explicación de todo lo que rodeó nuestra visita allí.
Estoy seguro que, sin la cooperación de todos los anteriormente citados, la concentración no hubiera sido la misma.
Además de los automóviles de la Tierruca, acudieron de Galicia, Asturias, Vizcaya, las dos Castillas, Madrid, Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares y, para volver a ser internacionales, la parejita que llegó desde Inglaterra.
Finalizando ya, quiero mencionar que, a pesar de que son años difíciles para la mayoría, la asistencia volvió a rozar los cuarenta automóviles, lo que nos congratula muy especialmente.
Por último, quiero resaltar las ganas de pasarlo bien y el buen humor que ha reinado entre los asistentes y que ha sido la tónica general del fin de semana. Esta es una de las razones esenciales que nos empujan todos los años a intentar reunir a tantos amigos.
Bueno, si alguno venís por aquí antes, ya sabéis dónde estamos.
Nos vemos,
Jose.
P.D.- (Menos mal que era un resumen)
